ESTEBAN 2 RESTREPOS
Era mi primer diciembre aquí en este país extranjero en el que aterricé hace algunos añois y en el que fui quedando sin darme cuenta. Durante los minutos que duró el infaltable saludo de feliz navidad con mi familia -pero esta vez entre las interferencias que la línea telefónica nos permitía. una imagen en particular, o más bien un motivo del lugar donde había transcurrido todas las fiestas decembrinas de mi vida hasta el año inmediatamente anterior, se fijó insistente en mi conciencia: el patrón cambiante e hipnótico de las viejas baldosas blancas de vetas negras que se extendía por la totalidad del piso de la finca de mis abuelos allá en las afuerdas de mi ciudad natal.