JUAN DIEGO GIL GONZALEZ
"La ciudad es un animal dormido, con sus cicatrices expuestas en cada pared, en cada callejón donde la noche se mastica sola. Aquí, el humo de los cigarillos se confunde con el vapor de las alcantarillas y la desesperanza se filtra como humedad en las grietas de los edificios. A nadie le importa. La ciudad sobrevive a sus habitantes, los escupe cada mañana y los devora por la noche"