GUILLERMO RIVERA
La piel de la revolución cuenta una parte de la historia nacional. Sin embargo, y al contrario de lo
que pudiera pensarse, no asistimos a una recreación ordenada de episodios nacionales; más bien
visitamos un mundo entrañable lleno de paisajes del sur de la geografía colombiana que nos
sorprenden por su vastedad y por gente cuyas vivencias y frustraciones nos resultan familiares,
porque son las de todos los colombianos, ayer y siempre.
En esta narración se entrelazan dos vidas: la de Rodolfo, un colombiano rebelde por la fuerza de
sus circunstancias, y la de su hijo Armando, un joven que quiere contribuir a la construcción de una
sociedad más justa. Ambos relatos conforman un fresco que retrata la continuidad de una búsqueda
política y moral en la que no faltan las derrotas, los errores, las traiciones, las tragedias, los
momentos de brillo y también de esperanza.
La piel de la revolución es la historia en dos tiempos, tan distintos, tan iguales, de aquello a lo
que se tiene que enfrentar quien cultiva el deseo de cambiar el mundo.
