DANIELA PEREZ TABORDA
Con una arquitectura delicada y feroz, los poemas de Escalpelo se internan en las grietas del origen, el deseo y la muerte. Daniela Pérez escribe como si cada verso fuera un latido capaz de alojar a todos los corazones que laten en nosotros. Hay en este libro una claridad oscura, una respira-ción antigua, una ternura punzante. Aquí todo es orgánico y revelador: la palabra se vuelve organismo que demuele.
Yenny León
Escalpelo nos hiere con su intensidad emocional, su hondura reflexiva y los continuos hallazgos en materia expre-siva. Cada verso es una incisión hecha con la precisión quirúr-gica de quien conoce los bordes afilados del lenguaje, para explorar un cuerpo donde el tiempo, la maternidad, el amor y la identidad se enquistan como penosas enfermedades. Sin dramatismo, la voz extirpa lo mórbido con el interés de quien ve un sustrato en el dolor, pero sabe que lograr el poema requiere de pericia en el manejo de las palabras, sus privile-giados instrumentos.
Camilo Restrepo Monsalve
Daniela se lanzó a la poesía en una época difícil en la que necesitamos con urgencia poetas como ella, con un lenguaje honesto, penetrante, claro y exacto. En Escalpelo revela con precisión temas ocultos y complejos de la vida. Así, y sin dudarlo, decidió abrir su cuerpo, de manera limpia, afinada, sin temor a impactar al lector al exponer verdades incómodas o difíciles de aceptar, con las que nos hace sonrojar y recordar lo que es la esencia de la poesía: un ser con vida. Origen.
Doranel