MUNIZ FLAVIA
El valor no se mide solo con arrojo o fuerza. De hecho, el amor puede ser más fuerte que la injusticia y sobreponerse a las desdichas de la vida o las arbitrariedades de la sociedad. Esa fue una de las reflexiones que le suscitó a una niña una de las mejores películas de la historia, Luces de ciudad, protagonizada por el inolvidable charlot. Cuando ya se imponía en todo el mundo el cine sonoro, esta obra maestra demostrara que no se necesita ni sonido ni efectos especiales para contar una historia conmovedora y memorable.